De vuelta al trabajo, pero bien, contenta com un gínjol, quién me lo iba a decir!, Marc me ha traído un libro, que es lo que más me gusta del mundo, y las vacaciones muy bien, he hecho tanto el vago que hasta me he dedicado a hacer crucigramas, (cosa que siempre había odiado), sólo he podido leer la mitad del nuevo de Auster, pero flexo, lo termino un día de éstos y te cuento...
Mañana tendré las fotos que han salido de la holga, a ver si hay alguna que valga la pena y la subo, realmente las playas de Menorca son impresionantes.
Y en realidad no sé por qué escribo esto y qué sentido tiene, decía Raymond Carver que lo que escribes sólo puede interesar a los otros si te interesa a ti, si crees en lo que escribes, y yo, cada vez creo menos en todo esto, demasiado personal, demasiado mío ... no sé, tal vez sea pasajero...
Y el jueves ya hacemos el traslado definitivo, ayer compramos pintura: verde oliva, naranja naranja y negro pizarra, este finde toca pintar, y ahora ya estoy super ilusionada con todo esto, ayer me quedé en el nuevo piso y ya no me quería marchar, buena señal...domingo vi el concierto de Cabo San Roque desde el balcón.
Definitivamente voy a tener que cambiar el título de este blog que se está convirtiendo en monotemático.
En mi cabeza: alegría de Antònia Font.