El último lector
En 1912, el primer año de esta relación epistolar, Kafka escribe casi trescientas cartas. Dos, tres y hasta cuatro cartas por día. Sólo palabras escritas. Las cartas son iguales a su escritura, por momentos la acompañan y por momentos la sustituyen, pero tienen un destinatario concreto: alguien (que al principio es casi un desconocido) espera las cartas, alguien soporta las consecuencias. Casi nunca se ven, sólo se escriben. La seducción y la lectura. Las relaciones ya han sido señaladas. Los amantes se encuentran en el texto que leen.
Ricardo Piglia
Ricardo Piglia
6 Comments:
Me suena...
siii? jajaja
Muy bien.
¿Te la puedes imaginar?
Un beso, me alegro tu retorno al blog.
Matías
mmmhhh, matías, creía que habías desaparecido...volveré a poner le link, me dió mal rollo...
Las Cartas a Milena de Kafka son maravillosas: uno de mis libros de cabecera.
pues entonces debo leerlo
lo haré
de hecho hace días que pienso en leer a Kafka, pero tengo tantas cosas en la cabeza que al final se me olvida
qué dolor de cabeza, por cierto
lorian
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