Era miércoles.
Lo recuerdo perfectamente. Un miércoles bastante tonto, por cierto. De octubre o de noviembre. Estábamos tomando un café en la plaza de la Virreina con J. y su amigo taiwanés, más tarde llegaría el científico que se dedica a investigar el melón ( sí, no la fresa, la piña o el melocotón, no, el melón). Pero para entonces yo ya me había ido. Por un momento no supe si meterme en el Verdi para ver Palíndromos o apuntarme, por segunda vez, a la autoescuela. Finalmente me deicidí por esto último. Una hora más tarde, en la cola del super, recibo un mensaje: ¿te apetece ir a ver palíndromos?
Una hora antes y ahora no estaría estudiando el puto carnet (o escribiendo en el blog pensando que debería estar estudiando el puto carnet).
Una hora antes y ahora no estaría estudiando el puto carnet (o escribiendo en el blog pensando que debería estar estudiando el puto carnet).
2 Comments:
suerte con ese carnet...es un rollo pero luego, si te gusta conducir, es una gozada...
en eso estamos...
lorian
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